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No hay cocina que se resista ni comensales que no disfruten su estadía en la “isla confidencial” y es que es una tentación para las cocinas modernas por su gran versatilidad. Pues una cocina con isla no sólo es una mesa para comidas rápidas, también es un separador de ambientes y permite tener cierto dinamismo con el resto de las áreas. Sin embargo, la modernidad igualmente ha calado en cocinas sin isla, porque suponen una distribución espaciosa para poner a toda máquina el espíritu culinario, sin irrumpir la armonía del preciado “santuario gourmet”. Ahora, ¿cómo saber cuál le conviene más a tu cocina?
Si bien es cierto, cada cocina y estilo de vivienda tienen patrones estéticos que son una secuencia casi inquebrantable, dadas las dimensiones propias de la estancia. Por esta razón, vale la pena analizar los pros y los contras de las salas de cocina sin isla o con ella. Recuerda que las reglas pueden alterarse, siempre que la pretensión vaya directo al corazón de la optimización de espacios y al de tu comodidad para desarrollar tus actividades en ellos. ¡Evaluemos la posibilidad de convertir dimensiones comunes en cómplices gastronómicos fenomenales!
– Su practicidad es innegable, ya que propone ganar una superficie para cocinar, preparar los alimentos, lavar la vajilla y compartir al mismo tiempo, gracias que puedes charlar con los comensales. Adicional a ello, es ideal para disfrutar algunas comidas rápidas como el desayuno o quizás un tentempié.
– Con una isla no tendrás que pasearte hacia el área del comedor con los platos, porque ella ofrece la facilidad de servir la comida en el mismo lugar que la preparas.
– La isla en la cocina te permite sumar espacio –en cierto sentido–, debido a que funciona como un almacenaje extra, pues tienes la ventaja de agregarle cajones para guardar utensilios u otros implementos de cocina y desahogar el resto del mobiliario.
– No solo está destinada a usos de cocina, sino que añade una barra que sirve como mesa para trabajar o para que los niños hagan la tarea, por dar un ejemplo. Una característica muy peculiar es que son áreas con suficiente iluminación, debido a que comparte la luz de las demás estancias y puedes añadirle algunas fuentes lumínicas colgantes, bien para acentuar los puntos de luz o para darle un toque mucho más trendy.
– Es la perfecta transición entre la cocina y otros ambientes. Las islas en la cocina son especialistas en separar estancias con elegancia, sin ausentarse de la accesibilidad, son funcionales y no limitan el campo visual. Así pues, aunque la isla sea un módulo centrado, es posible compartir con quienes están en áreas cercanas como el comedor o el salón.
– Los módulos en la cocina son demandantes de espacio, lo que hace que su instalación sea en áreas un poco amplias para no entorpecer las zonas de paso. No olvides que la cocina es una estancia donde prima la movilidad y debes sentir comodidad al desplazarte en ella. ¡Nada de apretujones!
– Para disfrutar de una barra en la cocina debes tener en cuenta que su periferia necesita, como mínimo, de 90 a 110 centímetros. En su defecto, tendrás dificultades para hacer las labores, abrir las puertas o almacenajes y controlar con más agilidad los electrodomésticos.
– Una vez colocada no podrás moverla o reemplazarla rápidamente. Se convierte en un mueble fijo, centrado en la cocina, que obstruye el libre paso. Y pues, para retirarla necesitarás un trabajo de obra, así que la vuelta atrás saldrá cara. En este sentido, si estás un poco indeciso puedes colocar una isla móvil. Todo va en función de cuan rentable pueda ser y su utilidad a lo largo del tiempo.
– Las islas son aconsejables para superficies cuadradas, por la misma cuestión de que achican el espacio. Tras “plantar” el módulo, la cocina adquirirá una forma de “U” o de “L”, dado el caso que te decantes por una península. Espacio, espacio y más espacio… ¡Lo importante es que sea multifuncional y que no te sientas en un laberinto!
– Toda construcción implica la relación gastos-tiempo y la creación de una isla no está exenta de ello. Estos complementos de distribución no son estandarizados y se hacen a medida y de acuerdo a las especificaciones de usos que quieras atribuirle. En este orden, le «subirá de tono» al presupuesto final, dado que tienen un coste en materiales de calidad y resistentes, aunado a los trabajos de fontanería, gas o de electricidad, según sea el caso.
En conclusión, hay un enorme listado de diseños y acabados para hacer realidad tu cocina con isla o sin ella, siempre teniendo claro que su disposición es protagónica en el carácter de la estancia. Sin embargo, no puedes “lanzarte de cabeza” a reformar uno de los lugares más especiales de tu hogar con inexpertos, pues para acertar en esta decisión sumamente estética, estilizada e integrada a la sala es imprescindible la asistencia de un equipo de talla profesional…
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